Se refiere al proceso mediante el cual las partículas del suelo se comprimen y se pierde la porosidad natural del mismo. Esto puede ocurrir debido a una serie de factores, como el tráfico intenso de vehículos o maquinaria pesada, el pisoteo constante del suelo por parte de personas o animales, el exceso de riego, el manejo inadecuado del suelo, uso excesivo de fertilizantes que contienen altas concentraciones de sales, entre otros.
La compactación del suelo puede tener efectos negativos en la salud de las plantas, ya que reduce la circulación de aire, agua y nutrientes en el suelo, lo cual dificulta su absorción por parte de las raíces. Esto puede resultar en un crecimiento deficiente de las plantas, disminución de la producción agrícola y mayor susceptibilidad a enfermedades y plagas.
Además, puede contribuir a la erosión, ya que reduce la capacidad del suelo para retener agua y aumenta la escorrentía superficial. Esto puede llevar a la pérdida de suelo fértil y a la degradación del paisaje.